No te hemos revelado el Corán para que padezcas,

como revelación venida de Quien ha creado la tierra y los altos cielos.

Suyo es lo que está en los cielos y en la tierra, entre ellos y bajo tierra.

¡Alá! ¡No hay más dios que Él! Posee los nombres más bellos.

Cuando vio un fuego y dijo a su familia: «¡Quedaos aquí! Distingo un fuego. Quizá pueda yo traeros de él un tizón o encontrar la buena dirección con ayuda del fuego».

Yo soy, ciertamente, tu Señor. Quítate las sandalias! Estás en el valle sagrado de Tuwa.

Yo soy, ciertamente, Alá. No hay más dios que Yo. ¡Sírveme, pues, y haz la azalá para recordarme!

¡Que no te desvíe de ella quien no cree en ella y sigue su pasión! Si no, ¡perecerás!

«Es mi vara», dijo. «Me apoyo en ella y con ella vareo los árboles para alimentar a mi rebaño. También la empleo para otros usos».

La tiró y he aquí que se convirtió en una serpiente que reptaba.

¡Y llévate la mano al costado! Saldrá, blanca, sana - otro signo-.

¡Ve a Faraón! Se muestra reacio».

¡Facilítame la tarea!

Así entenderán lo que yo diga.

a Aarón, mi hermano.

y asóciale a mi tarea,

y Te recordemos mucho!

Dijo: «¡Moisés! Tu ruego ha sido escuchado.

Cuando inspiramos a tu madre lo siguiente:

Cuando tu hermana pasaba por allí y dijo: '¿Queréis que os indique a alguien que podría encargarse de él?'. Así te devolvimos a tu madre para que se alegrara y no estuviera triste. Mataste a un hombre, te salvamos de la tribulación y te sometimos a muchas pruebas. Viviste durante años con los madianitas y luego viniste acá, Moisés. cuando estaba determinado.

¡Ve! acompañado de tu hermano, con Mis signos, y no descuidéis el recordarme!

¡Hablad con él amablemente! Quizás, así, se deje amonestar o tenga miedo de Alá».

Dijo: «¡No temáis! Yo estoy con vosotros, oyendo y viendo.

Se nos ha revelado que se infligirá el castigo a quien desmienta o se desvíe».

Dijo: «Nuestro Señor es Quien ha dado a todo su forma y, luego, dirigido».

Dijo: «Mi Señor lo sabe y está en una Escritura. Mi Señor no yerra, ni olvida.

¡Comed y apacentad vuestros rebaños! Hay, en ello, ciertamente, signos para los dotados de entendimiento.

Le mostramos todos Nuestros signos, pero él desmintió y rehusó creer.

Hemos de responderte con otra magia igual. ¡Fija entre nosotros y tú una cita, a la que ni nosotros ni tú faltemos, en un lugar a propósito!»

Faraón se retiró, preparó sus artilugios y acudió.

Los magos discutieron entre sí sobre su asunto y mantuvieron secreta la discusión.

Preparad vuestros artilugios y, luego, venid uno a uno. ¡Quien gane hoy será feliz!»

Dijo: «¡No! ¡Tirad vosotros!» Y he aquí que le pareció que, por efecto de su magia, sus cuerdas y varas echaban a correr.

Dijimos: «¡No temas, que ganarás tú!

Los magos cayeron prosternados. Dijeron: «¡Creemos en el Señor de Aarón y de Moisés!»

Dijeron: «No te preferiremos a ti a las pruebas claras que se nos han ofrecido ni a Quien nos ha creado. Decidas lo que decidas, tú sólo decides sobre la vida de acá.

Quien viene a su Señor como culpable tendrá la gehena y en ella no podrá morir ni vivir.

los jardines del edén, por cuyos bajos fluyen arroyos, en los que estará eternamente. Ésa es la retribución de quien se mantiene puro.

Faraón les persiguió con sus tropas y las aguas del mar les cubrieron.

¡Hijos de Israel! Os hemos salvado de vuestros enemigos y nos hemos dado cita con vosotros en la ladera derecha del monte. Hemos hecho descender sobre vosotros el maná y las codornices:

Yo soy, ciertamente, indulgente con quien se arrepiente, cree, obra bien y, luego, se deja dirigir bien.

Dijo: «Son ellos los que me persiguen. Y he corrido hacia Ti, Señor, para complacerte».

Y Moisés regresó a su pueblo, airado, dolido. Dijo: «¡Pueblo! ¿No os había prometido vuestro Señor algo bello? ¿Es que la alianza os ha resultado demasiado larga o habéis querido que vuestro Señor se aíre con vosotros al faltar a lo que me habéis prometido?»

Éste les sacó un ternero, un cuerpo que mugía, y dijeron: «Este es vuestro dios y el dios de Moisés. Pero ha olvidado».

Ya antes les había dicho Aarón: «¡Pueblo! Sólo se os ha tentado con él. Vuestro Señor es el Compasivo. ¡Seguidme, pues, y obedeced mis órdenes!»

Dijo: «¡Aarón! Cuando has visto que se extraviaban, ¿qué es lo que te ha impedido

Dijo: «¡Hijo de mi madre! ¡No me cojas por la barba ni por la cabeza! Tenía miedo de que dijeras: Has escindido a los Hijos de Israel y no has observado mi palabra'».

Dijo: «He visto algo que ellos no han visto. He tomado un puñado del polvo pisado por el enviado y lo he arrojado. Así me lo ha sugerido la imaginación».

¡Sólo Alá es vuestro dios, aparte del Cual no hay otro dios! Lo abarca todo en Su ciencia».

Quien se desvíe de ella llevará una carga el día de la Resurrección,

El día que se toque la trompeta y reunamos a los pecadores, ese día, ojizarcos,

Sabemos bien lo que dirán cuando el que más se distinga por su buena conducta diga: «No habéis permanecido sino un día».

Las dejará cual llano nivelado,

Ese día, seguirán al Pregonero, que no se desviará. Bajarán las voces ante el Compasivo y no se oirá sino un susurro de pasos.

Conoce su pasado y su futuro mientras que ellos no pueden abarcarlos en su ciencia.

Quien, en cambio, obra bien, siendo creyente, no tiene por qué temer injusticia ni opresión.

¡Exaltado sea Alá, el Rey verdadero! ¡No te precipites en la Recitación antes de que te sea revelada por entero! Y di: «¡Señor! ¡Aumenta mi ciencia!»

Y cuando dijimos a los ángeles: «¡Prosternaos ante Adán!» Se prosternaron, excepto Iblis, que se negó.

En él, no debes sufrir hambre ni desnudez,

Pero el Demonio le insinuó el mal. Dijo: «¡Adán! ¿Te indico el árbol de la inmortalidad y de un dominio imperecedero?»

Luego, su Señor le escogió. le perdonó y le puso en la buena dirección.

Pero quien no siga Mi Amonestación llevará una existencia miserable y le resucitaremos, ciego, el día de la Resurrección».

Dirá: «Igual que tú recibiste Nuestros signos y los olvidaste, así hoy eres olvidado».

¿Es que no les dice nada que hayamos hecho perecer a tantas generaciones precedentes, cuyas viviendas huellan ellos ahora? Ciertamente, hay en ello signos para los dotados de entendimiento.

¡Ten paciencia, pues, con lo que dicen y celebra las alabanzas de tu Señor antes de la salida del sol y antes de su puesta! ¡Glorifícale durante las horas de la noche y en las horas extremas del día! Quizás, así, quedes satisfecho.

¡Prescribe a tu gente la azalá y persevera en ella! No te pedimos sustento. Somos Nosotros Quienes te sustentamos. El buen fin está destinado a los que temen a Alá.

Si les Hubiéramos hecho perecer antes con un castigo, habrían dicho: «¡Señor! ¿Por qué no nos has mandado un enviado? Habríamos seguido Tus signos antes de ser humillados y confundidos».